Rezar es algo así, pero muchísimo más. Cuando te sientes contento o cuando estás triste, Dios te escucha. Orar no es sólo aislarse del exterior y hablar de ti mismo.
Señor,
tienes mil razones para desanimarte:
las riquezas que les has entregado.
El odio y la violencia parecen superar
al amor y a la fraternidad.
Pero, a pesar de todo, todavía crees en ellos.
Señor,
también tendrías mil motivos para desesperar de mí.
No siempre hago lo que quieres.
Gracias por tu paciencia conmigo.
Que tu presencia me ayude un poco
a "a dar fruto" a mi alrededor
y a hacer felices a aquellos
con los que estoy.
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