La conversión
Nuestro corazón necesita limpieza, hay mucho polvo, muchos estorbos. Nuestras habitaciones, a veces muy desordenadas, nos lo recuerdan.
Escucha. Si limpias tu habitación, pones un poco de orden, quitas los trastos que andan por medio, limpias el povo y colocas cada cosa en su sitio... seguro que tendrás más espacio para jugar con tus amigos.
Pero ¡cuidado! si lo vas dejando, dentro de unos días, tu habitación volverá a estar sucia y será un caos, otra vez.
Camino de oración y de silencio
Me encierro en mi habitación,
en el silencio y en el secreto de mi corazón.
Me encierro en ella como en un desierto,
para pensar y recogerme.
¡En ella te hago un sitio, Señor!
Voy a hacer un poco de limpieza
en mi corazón, ordenar mis ideas,
seleccionar mis prioridades,
quitar el polvo de mis malos pensamientos,
elegir parabras bonitas
para ponerlas en los mejores lugares,
abrir las ventanas, ventilar
y dejar que entre el sol a raudales.
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