Barakaldo, 24 de octubre de 2013.
Queridas madres catequistas:
¿Esta carta es
para mí? Seguro que os lo preguntáis muchas de vosotras y pensáis que nos hemos
equivocado. Pues no. Nos dirigimos a todas y cada una de las madres de los niños
que ahora mismo están en la catequesis. Y usamos el femenino con plena conciencia,
ya que, aunque parezca lo contrario, las mujeres somos las verdaderas fuerzas
vivas de la iglesia actual (y la de antes). Gracias a Dios, que no es ni hombre
ni mujer –eso ya lo tiene superado- cada vez sois más los hombres que tomáis
parte en la catequesis de vuestros hijos. No os dejamos fuera, pero tenéis que
aceptar con humildad que nosotras os llevamos ventaja. (Por favor, leed esto
sintiendo el cariño que os tenemos).
Los de primero de
catequesis comienzan sus reuniones el próximo martes (29 de octubre) y a los
padres –serán principalmente las madres las que tomen parte en estos encuentros
con Mitxel- os pedimos implicación en el despertar de la fe de vuestros hijos. Nuestra
tarea es apoyaros en el empeño y es lo que trataremos de cumplir de la mejor
manera posible; pero eso: apoyaros. Nosotras, las que formamos el equipo de
catequesis, estamos convencidas de ello. Os queremos convencer también a vosotros.
Segundo y Tercero de catequesis ya han iniciado el curso y los padres
–nuevamente tenemos que decir que las madres son mayoría- desde otra perspectiva,
ahora no tan directa, seguimos siendo responsables del proceso catequético de
nuestros niños. De ahí que os invitemos vivamente a reanudar los encuentros de
primeros de mes. En este segundo caso, incidiremos más en temas más propios y,
no tanto, de apoyo a la catequesis.
Lo dicho hasta
ahora son palabras nuestras pero que son compartidas por muchos y encuentran su
apoyo en el mismo evangelio cuando habla de las mujeres. Socialmente éstas contaban
muy poco en el mundo judío de los tiempos de Jesús (no creo que sea exclusivo
ni de los judíos ni sólo en aquel tiempo). La actuación de Jesús para con ellas
es siempre para conferirles la dignidad que se merecen incluso colocándolas,
junto a sus apóstoles, en primera línea de evangelización y haciéndoles
protagonistas del anuncio primero de la Resurrección. En un tiempo en que
reivindicamos el papel de la mujer en la Iglesia, no podemos olvidar la
importancia que vosotras, junto a las catequistas –nuevamente cuentan con la
mayoría casi plena- habéis tenido y tenéis hoy en la transmisión de la fe. La
labor que los sacerdotes puedan hacer desde el altar es importante, pero
también lo es lo que nuestros niños aprenden día a día con nuestra palabra y
con nuestro testimonio. Y en eso sois insustituibles. Lo que vosotras no
hacéis, se queda sin hacer.
Queremos valorar,
ya desde el principio, la importancia de esa labor callada y tantas veces poco
reconocida que lleváis adelante. Expresáis el miedo de no saber, pero en este
campo los conocimientos son secundarios; importa la vida. Os puede preocupar
que vuestros hijos sepan muchas cosas, pero os preocupa mucho más que sean
buenos, aunque no sepan tanto, que se preparen para vivir en una sociedad en la
que dentro de poco serán protagonistas adquiriendo valores de libertad, pero
también de fraternidad y solidaridad y, llegando un poco más al fondo, los
valores que nos transmite Jesús de Nazareth: Somos hermanos y nos preocupamos
por el bien de los otros. No se trata pues de enseñar cosas, se trata de
enseñar a vivir, repetimos, A VIVIR.
Es tarea
individual –de cada familia- pero la queremos llevar adelante entre todas
compartiendo sabiduría, preguntas, respuestas, inquietudes, experiencias,
preocupaciones, tareas, método, etc., etc. (Nota: os adelantamos que en la primera
reunión de padres para 2º y 3º trataremos de hacer un índice de temas e/o
intereses a tratar que nos ayude a RECORRER EL CAMINO JUNTOS, así que ir
pensando). ¿Nos entendéis ahora porqué os hemos llamado catequistas? (Otra
nota: el hecho de colocar esta nota en el blog hace que la podáis comentar en
el mismo blog. Si lo que queréis es darnos una respuesta más personal, tenéis
el e-mail de catequesis).
Un saludo
El
equipo de catequesis.
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