domingo, 24 de noviembre de 2013
martes, 19 de noviembre de 2013
Celebración de Navidad
Como ya sabréis por el calendario el día 17 de diciembre todos los niños de catequesis y todos los padres y madres, estamos convocados a la Celebración de Navidad. Hemos recibido la sugerencia de algunas amatxus que quieren participar en la preparación de ese momento. Abrimos la invitación para todos los que queráis. Así que, podéis hacer sugerencias de qué podemos hacer, cantar, leer... y también podéis ofreceros para preparar cosas concretas. Venga, ¡animaos!
martes, 12 de noviembre de 2013
ORACIONES DEL CRISTIANISMO
Hola
familias, nuestras queridas catequistas al comienzo de curso entregaron a los
niños de 2º año de catequesis una hoja con todas la oraciones que todo buen
cristiano tiene que aprender y conocer.
Con
el afán de mejorar y hacerlas “más amables” a nuestros niños y a nosotros
mismos, he reescrito el documento. Aquí
lo tenéis, por si queréis utilizarlo en
este nuevo formato. También lo pongo a disposición de las catequistas, para
utilizarlo, si quieren, en años posteriores.
Cuando
me entregaron la hoja con las oraciones por poco me da un soponcio, pues me di
cuenta de que el lenguaje que utilizamos para las celebraciones y rezos
comunitarios está muy alejado de la vivencia personal y eclesial que tenemos
muchos de nosotros. Y es un lenguaje árido y poco cercano.
Partiendo
de esta realidad y siendo consciente de la responsabilidad que tenemos los
padres de hacer cercanas estas oraciones y el conocimiento de los Elementos de
Catequesis (Mandamientos,
Sacramentos,..), y queriendo simplemente animar y estimular, os voy a contar
algunas cositas que igual sabéis, pero que en cierta forma nos pueden ayudar a explicar
a nuestros hijos e ilustrar por qué rezamos así los cristianos.
1. Estas
Oraciones se enseñan tradicionalmente desde hace siglos para participar
activamente en las celebraciones
comunitarias (Eucaristía, Sacramentos, Rosarios,…..).
2. Muchas
de ellas son rezos de los monjes, que evangelizando, enseñaron y dieron a
conocer estas oraciones en las catequesis.
3. El
PADRE NUESTRO, nos la enseña Jesús de Nazaret en el Nuevo Testamento. Jesús nos
enseña a rezar a Dios porque así se lo piden los discípulos.
Esta
es la Oración más importante que tenemos los Cristianos; antiguamente se
reservaba para el momento más importante de las reuniones. Al principio formaba
parte de los pasos (catequesis) que tenían los primeros cristianos y era un
secreto muy bien guardado. Cuando se entregaba su conocimiento a un nuevo
cristiano era como entregar algo muy valioso se que debía proteger y transmitir.
Se confiaba a los cristianos algo muy importante para todos.
4. El AVE
MARÍA, en el año 1525, se encuentra ya en los catecismos populares, pero es
anterior y un poquito diferente. Por
tanto, hace más de 400 años que los católicos rezamos el Avemaría en su forma
actual. El Avemaría es una plegaria mariana, una petición a la virgen, que
desde la cercanía de ser Madre nos enseña Quién es su Hijo. Nos debe servir
siempre para ser mejores amigos de Jesús.
Dos
terceras partes tienen su origen en la Biblia. La tercera, tiene su origen en
la Iglesia.
5. EL
CREDO según la leyenda, lo redactaron los apóstoles a los diez días de la
ascensión del Jesús al cielo (la casa del Padre), pero en realidad, ellos no lo
escribieron. Se le llama “de los apóstoles” o “apostólico” porque está basado
en la sana doctrina que ellos enseñaron. El credo se hizo necesario desde los
tiempos más primitivos del cristianismo, lo primero para identificar “a
aquellos que andaban en el Camino” (que así se llamaba al cristianismo al
principio), y segundo, como un sumario de la enseñanza doctrinal de la Iglesia
que estaba naciendo.
Consejos:
Contar las cosas o explicar por qué se hacen a veces ayuda a darles más valor. Detenernos
un poco en lo que vamos diciendo, mientras recitamos o leemos una oración, la
dota de sentido y de fuerza interior.
Bueno,
espero que no haya sido mucho rollo y que nos sirva a todos.
Lourdes
Rojo
Oraciones del cristiano
domingo, 10 de noviembre de 2013
Evangelio Domingo 10 noviembre
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Lectura del santo evangelio según san Lucas (20,27-38):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les contestó: «En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob.” No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»
Palabra del Señor
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Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
José Antonio Pagola
San Lucas (20,27-38)
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DECISIÓN DE CADA UNO
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Jesús no se dedicó a hablar mucho de la vida eterna. No pretende engañar a nadie haciendo descripciones fantasiosas de la vida más allá de la muerte. Sin embargo, su vida entera despierta esperanza. Vive aliviando el sufrimiento y liberando del miedo a la gente. Contagia una confianza total en Dios. Su pasión es hacer la vida más humana y dichosa para todos, tal como la quiere el Padre de todos.
Solo cuando un grupo de saduceos se le acerca con la idea de ridiculizar la fe en la resurrección, a Jesús le brota de su corazón creyente la convicción que sostiene y alienta su vida entera: Dios “no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos son vivos”.
Su fe es sencilla. Es verdad que nosotros lloramos a nuestros seres queridos porque, al morir, los hemos perdido aquí en la tierra, pero Jesús no puede ni imaginarse que a Dios se le vayan muriendo esos hijos suyos a los que tanto ama. No puede ser. Dios está compartiendo su vida con ellos porque los ha acogido en su amor insondable.
El rasgo más preocupante de nuestro tiempo es la crisis de esperanza. Hemos perdido el horizonte de un Futuro último y las pequeñas esperanzas de esta vida no terminan de consolarnos. Este vacío de esperanza está generando en bastantes la pérdida de confianza en la vida. Nada merece la pena. Es fácil entonces el nihilismo total.
Estos tiempos de desesperanza, ¿no nos están pidiendo a todos, creyentes y no creyentes, hacernos las preguntas más radicales que llevamos dentro? Ese Dios del que muchos dudan, al que bastantes han abandonado y por el que muchos siguen preguntando, ¿no será el fundamento último en el que podemos apoyar nuestra confianza radical en la vida? Al final de todos los caminos, en el fondo de todos nuestros anhelos, en el interior de nuestros interrogantes y luchas, ¿no estará Dios como Misterio último de la salvación que andamos buscando?
La fe se nos está quedando ahí, arrinconada en algún lugar de nuestro interior, como algo poco importante, que no merece la pena cuidar ya en estos tiempos. ¿Será así? Ciertamente no es fácil creer, y es difícil no creer. Mientras tanto, el misterio último de la vida nos está pidiendo una respuesta lúcida y responsable.
Esta respuesta es decisión de cada uno. ¿Quiero borrar de mi vida toda esperanza última más allá de la muerte como una falsa ilusión que no nos ayuda a vivir? ¿Quiero permanecer abierto al Misterio último de la existencia confiando que ahí encontraremos la respuesta, la acogida y la plenitud que andamos buscando ya desde ahora?
martes, 5 de noviembre de 2013
ENCUENTRO DE PADRES (2º y 3º de catequesis)
El pasado martes comenzábamos, a
la vez que la catequesis de los pequeños, las reuniones con los padres para
orientar y apoyar el despertar religioso desde las familias. Hoy nos hemos
reunido con los padres de 2º y 3º de catequesis con un objetivo distinto:
apoyar a nuestros hijos en su proceso de catequesis, pero desde nuestras
propias inquietudes y preocupaciones. No es tanto una ayuda pedagógica, sino el
enriquecimiento de la vivencia personal.
Tras el trabajo de hoy, los temas que
se han propuesto (todavía sin orden) son:
- Dios padre, Jesús hijo, los santos
- La muerte y resurrección de Jesús
- Los sacramentos (a nivel de niños). Sentido de los mismos (bautismo, confirmación, comunión, matrimonio). Tiempos de preparación
- La Eucaristía: símbolos (pan y vino)
- Tiempos litúrgicos: Navidad, Semana Santa
- La Iglesia en su aportación al mundo (voluntariado, actitud ante los grandes desastres, guerras… papel que juega ante el aborto, el matrimonio gay, uso del preservativo…)
- El Papa Francisco: ¿Elemento de renovación, lavado de cara, nueva religión…?
- Aportación de la fe a nuestra persona: ¿Nos cambia por dentro? ¿Nos ayuda a mejorar como personas?
- La transmisión de los valores evangélicos a nuestros hijos. La continuidad después de la primera comunión.
- … Otros temas que aún podéis proponer
Pretendemos
trabajar estos temas en sucesivas reuniones con dinámica de grupo y
compartiendo nuestras propias experiencias, de forma que nos ayuden a VIVIR EN
CRISTIANO.
Os
invitamos vivamente a participar en estos encuentros (primer martes de cada
mes). La aportación de vuestras reflexiones y experiencias al grupo seguro que
son enriquecedoras para todos. Creemos que vale la pena el esfuerzo.
lunes, 4 de noviembre de 2013
Rezar en familia
http://www.bizkeliza.org/areas-pastorales/catequesis/infancia/recursos/materiales/
¿Dónde rezar?
Para Jesús cualquier lugar era apropiado para hablar con su Padre Dios y así nos dice que debemos orar en todo momento y en todo lugar. Pero con los niños, con aquellos que empiezan, es importante cuidar bien el sitio donde rezar para que lo hagan sin nervios y sin distracciones. Por eso es bueno que busquemos en casa un lugar:
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¿Cuándo rezar? Jesús aprovechaba distintos momentos de su vida diaria para hacer oración: al amanecer, al atardecer, unas veces en momentos de tranquilidad al margen de su actividad diaria, otras en medio también de la agitación. Con los niños es necesario descubrir cuál es el mejor momento, cuándo su oración puede convertirse en experiencia positiva de encuentro con Dios. Así pues cuando quieras rezar con él:
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